LA PADECEN TRES DE CADA DIEZ ADULTOS
Comer salado puede desencadenar la hipertensión
Expertos de la Sociedad Española de Hipertensión Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LEHA) advierten, con motivo del Día Mundial de la Hipertensión que se celebra el próximo domingo 17 de mayo, que el consumo excesivo de sal puede desencadenar la aparición de hipertensión.
Según apuntan, tres de cada diez adultos padecen este problema debido a una ingesta inadecuada de sal en las comidas.
El presidente de la SEH-LEHA, el doctor Pedro Aranda, indicó que, desde el punto de vista de las alteraciones que padece el paciente hipertenso la sal juega un papel muy importante, porque no sólo sube la presión, sino que es capaz de aumentar el tamaño del ventrículo izquierdo, contribuye al desarrollo de accidente vascular cerebral o al desarrollo de insuficiencia renal crónica.
Expertos de la Sociedad Española de Hipertensión Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LEHA) advierten, con motivo del Día Mundial de la Hipertensión que se celebra el próximo domingo 17 de mayo, que el consumo excesivo de sal puede desencadenar la aparición de hipertensión.
Según apuntan, tres de cada diez adultos padecen este problema debido a una ingesta inadecuada de sal en las comidas.
El presidente de la SEH-LEHA, el doctor Pedro Aranda, indicó que, desde el punto de vista de las alteraciones que padece el paciente hipertenso la sal juega un papel muy importante, porque no sólo sube la presión, sino que es capaz de aumentar el tamaño del ventrículo izquierdo, contribuye al desarrollo de accidente vascular cerebral o al desarrollo de insuficiencia renal crónica.
Además, añadió que hay una correlación estrecha entre el consumo de sodio y la presencia de cáncer de estómago, por ejemplo, o la cantidad de calcio que se elimina por la orina.
En este sentido, destacó la importancia de que las autoridades sanitarias hagan una llamada a la sociedad para advertir de riesgos como la alta cantidad de sodio que posee la comida rápida y manufacturada.
En cuanto al aspecto terapéutico señaló que lo que se observa en la práctica clínica es que cuando se reduce el consumo de sodio se reduce igualmente la presión arterial, e incluso hay algún estudio en el que esto se ha observado en población normo tensa.
Esta reducción depende de la sensibilidad de la sal de cada persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el consumo de sodio ha de establecerse en no más de cinco o seis gramos de sal al día, y destaca que si esto se sigue y se consigue reducir a la mitad el contenido de sal en los restaurantes y comidas preparadas se podrían reducir a nivel mundial cerca de tres millones de muertes al año.
Por ello, la OMS hace una llamada a todos los gobiernos para llegar a esta cifra en los próximos diez años.
ALTO CONSUMO DE SAL, MENOR RESPUESTA AL FÁRMACO
Por su parte, la secretaria de la SEH-LEHA y endocrino del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, la doctora Olga González, señaló que el abordaje integral del hipertenso incluye medidas higiénico-dietéticas, entre las que se incluye un consumo bajo de sal, ya que "si no se siguen la respuesta al tratamiento antihipertensivo es menor".
"El gran problema es que estos pacientes tienen factores de riesgo añadidos, entre los que se encuentra la obesidad o el sobrepeso, claven para el manejo de este paciente, y estos factores juntos aumentan el riesgo de padecer diabetes y sufrir eventos cardiovasculares".
Según recordó esta experta, en España el 60 por ciento de la población es obesa o padece sobrepeso.
Los pacientes cuya presión arterial responde más a la ingesta de sal son las personas mayores, la población negra y los obesos.
"Si se disminuye la ingesta de sal en las personas obesas se reduce la presión arterial y se consigue aumentar la respuesta a los fármacos", explicó y señaló que por cada kilo de peso que se pierde se consigue bajar entre uno y dos milímetros de mercurio la presión arterial sistólica.
Por otro lado, señaló que los pacientes hipertensos obesos se benefician no solo en una reducción del consumo de sal, sino sobre todo en reducir la ingesta calórica.
Según señaló, se recomienda reducir entre 500 y 600 calorías. Un sujeto adulto varón necesita aproximadamente consumir entre 2.000 y 2.200 calorías, mientras que una mujer necesita un aporte de cerca de 1.800 calorías.
"De esta forma, se consiguen pérdidas de peso considerables y mantenidas en el tiempo, entre un siete y un diez por ciento del peso corporal, y se reduce la incidencia de la diabetes y de otras complicaciones cardiovasculares", explicó esta experta, quien matizó que "otras dietas son más restrictivas pero no tan positivas, porque no mantienen el peso ideal a largo plazo y tienen efecto rebote".